Bélgica – Este fin de semana, los rugidos de los motores resonarán una vez más en el icónico Circuito de Spa-Francorchamps, un trazado que, a pesar de su prestigio, lleva consigo un siniestro historial. Considerado por muchos como el más peligroso en el ámbito del automovilismo, el circuito ha sido escenario de tragedias que han ensombrecido el deporte.
Ubicado en la provincia de Lieja, entre las localidades de Spa, Francorchamps, Malmedy y Stavelot, el circuito ha sido parte del calendario de carreras desde 1921. A lo largo de su centenaria historia, ha cobrado las vidas de 49 pilotos y 4 comisarios, siendo el primer trágico fallecimiento el del británico Bill Hollowell en 1925 durante un Moto GP 350cc.
Los recientes accidentes mortales, como el del francés Anthoine Hubert en 2019 durante una carrera de F2 y el del joven Dilano Van’t Hoff, de apenas 18 años, en 2023, han avivado el debate sobre la seguridad de la pista, especialmente en la curva Eau Rouge, tristemente famosa por los siniestros que ha presenciado.
Ante las preocupantes condiciones climáticas previstas para el Gran Premio de Bélgica 2023, pilotos de la talla de George Russell, Charles Leclerc, Fernando Alonso y Max Verstappen han expresado su inquietud. Russell lamentó que «los deportes de motor siempre serán peligrosos», pero señaló que en circuitos como Spa el riesgo es notablemente mayor.
Leclerc, por su parte, hizo un llamado a la FIA para priorizar la seguridad, especialmente ante las condiciones de lluvia pronosticadas para este fin de semana. «La seguridad debe ser lo primero», enfatizó el piloto monegasco.
Fernando Alonso, bicampeón mundial, resaltó los desafíos de visibilidad presentes en los actuales monoplazas, haciendo hincapié en que la naturaleza de los coches actuales, con el efecto suelo y neumáticos grandes, amplifica el rocío y reduce la visibilidad.
Max Verstappen, por otro lado, expresó la inevitabilidad de accidentes en el deporte, aunque reconoció la serie de circunstancias desafortunadas que han rodeado a Spa en los últimos años.
A medida que se acerca el Gran Premio, crece la expectación sobre las decisiones que tomará la FIA. La seguridad de los pilotos está en juego, y el mundo del automovilismo espera que se tomen las medidas adecuadas para garantizarla.