El experimentado entrenador Javier Aguirre ha marcado un tiempo definitivo para colgar sus botas como estratega: en dos o tres años, según confesiones de su esposa Silvia Carrión. Esta decisión viene enmarcada en una vida dedicada al fútbol, tanto dentro como fuera del campo, y con la mirada puesta en cerrar su carrera en un lugar muy especial: el Club América.
Aguirre, conocido afectuosamente como el Vasco, y Carrión han compartido más de cuatro décadas de matrimonio, en las cuales han desarrollado un ritual único de conversación y análisis post-partido, ya sea con un Lagavulin de ocho años o un refrescante ‘gin tonic’ en mano. Esta tradición, que ha perdurado a lo largo de sus 42 años de casados, es un reflejo de su dedicación y amor por el deporte rey.

Silvia Carrión, en una charla reveladora con Mediotiempo, expresó cómo viven el ambiente previo a la Final de la Copa del Rey, entre el Mallorca y el Athletic Club, y cómo se proyecta el futuro de Aguirre. El estratega, a sus 65 años y con cuatro décadas en el fútbol, ve cercano su retiro, aunque aún con el deseo latente de dirigir al América, el club de sus amores, donde todo comenzó.
«Lo que sí hemos hablado es que él tiene 65 años, ya unos 40 años en el futbol, y consideramos que pronto se podría jubilar», compartió Carrión. Esta declaración pone en perspectiva el legado de Aguirre, quien ha sido considerado uno de los mejores técnicos en la historia del fútbol mexicano. A pesar de las opciones que le han surgido, desde Asia hasta selecciones nacionales y clubes diversos, el deseo de regresar al América es una constante en su carrera.
Carrión también destacó el papel de Aguirre en el fútbol español, donde ha logrado ganarse el respeto y cariño tanto en Osasuna como en Mallorca. La familia vive con intensidad la posibilidad de que el Vasco lleve al Mallorca a conquistar su segunda Copa del Rey, un hito que se suma a la ilusión de verlo cerrar su ciclo profesional en el América.
A pesar de los desafíos y los momentos difíciles, Silvia Carrión se mantiene como la consejera y compañera incondicional de Aguirre, compartiendo con él las alegrías y tristezas que conlleva el mundo del fútbol. Y mientras el futuro se va delineando, ambos disfrutan del presente, sabiendo que el retiro se aproxima, pero también conscientes de que aún quedan sueños por cumplir, como ese último deseo de Aguirre de volver a su casa, el América, para despedirse del fútbol que tanto ama.
