
McLaren aseguró su segundo Campeonato del Mundo de Constructores consecutivo en Singapur, consolidando su dominio bajo la dirección de Andrea Stella y Zak Brown. El equipo británico celebró en Marina Bay con todo su personal, destacando la emoción de los veteranos que vivieron años difíciles antes del resurgir “papaya”.
Pese al éxito, la jornada no estuvo exenta de tensión. Un ligero contacto entre Lando Norris y Oscar Piastri encendió las alarmas internas. Stella confirmó que el equipo analizará la situación en su reunión posterior a la carrera para evitar futuros roces: “Nuestros monoplazas nunca deben tocarse, hablaremos del tema y saldremos reforzados”.
Aun con tres carreras sin victoria, McLaren mantiene un ritmo competitivo que reafirma su superioridad. La escudería busca cerrar la temporada con unidad y sin conflictos internos, en un cierre que promete emociones intensas.
