Lo que tuvo que ser una fiesta en grande para un equipo de ya 100 años de historia en el fútbol mexicano se convirtió en una pesadilla.
Con tan solo dos puntos el Necaxa se encuentra refundido en el fondo de la tabla general, en el torneo que debería festejarse con triunfos y estadio repleto, es todo lo contrario.
Luego de terminar el encuentro de este domingo donde el Necaxa perdió por la mínima diferencia, y aunque Dudamel estaba muy seguro de continuar, la directiva decidió cesar su participación y despedirlo inmediatamente sin un comunicado oficial, como ya es costumbre con el club hidrocálido.
Vaya fiesta, vaya fiesta de la qué definitivamente nadie se va a olvidar, al menos hubieran plagiado un himno y eso no daría tanta vergüenza.

