
Sergio «Checo» Pérez detalló las dificultades que enfrenta con el Red Bull RB20 tras un fin de semana «desesperado» en Barcelona, pero asegura que ve «la luz al final del túnel».
El piloto mexicano mostró mejoría en el Gran Premio de España de F1 comparado con Mónaco y Canadá, aunque aún no cumple con las expectativas. Pérez llegó a la Q3 el sábado por primera vez desde Miami, pero solo logró el octavo puesto, lo que lo llevó a salir 11º el domingo por una sanción de Montreal.
Durante la carrera, Pérez no pudo avanzar significativamente en una pista difícil para adelantar, y finalmente llegó octavo tras una estrategia de tres paradas. «Era muy difícil adelantar en ese primer stint y entonces se acabó mi carrera. Fue una carrera de pesadilla», comentó Pérez.
A pesar de las dificultades, Pérez cree haber obtenido conclusiones importantes para el próximo Gran Premio de Austria. «Creo que he entendido muchas cosas que han pasado durante el fin de semana. El equilibrio era bastante malo con los blandos, lo que está relacionado con los problemas de clasificación», dijo.
Pérez detalló sus problemas con el RB20, explicando que estaba «bastante limitado de delante» y no conseguía «la rotación ni la potencia» necesarias. «Estoy luchando en la velocidad media y baja para tener la estabilidad que necesito», añadió.
El piloto también confirmó que tuvo mejores sensaciones con el compuesto medio de neumáticos en comparación con el blando. «En el medio, el equilibrio se sentía mucho mejor», afirmó.
Pérez admitió que hubo desesperación en su equipo para tratar de arreglar sus dificultades de puesta a punto. «Nuestro fin de semana fue sucio en términos de exploración. Estábamos un poco desesperados por encontrar un equilibrio, pero veo la luz al final del túnel», señaló.
Pérez espera aprovechar la próxima carrera en el Red Bull Ring de Spielberg. «Es lo mejor porque tomas esta experiencia como una curva de aprendizaje y corres a la siguiente. Es importante mantener la cabeza baja», finalizó.