
Este domingo, el mundo del fútbol americano estará atento a las esperadas finales de conferencia en la NFL, donde solo quedan cuatro equipos en la contienda por el codiciado título. Los Baltimore Ravens y San Francisco 49ers parten como favoritos en sus respectivos enfrentamientos contra los Kansas City Chiefs y Detroit Lions.
En la final de la Conferencia Americana (AFC), los Ravens, quienes son el sembrado número uno, buscarán llegar al Super Bowl por quinta vez en su historia. Hasta ahora, su récord en estas instancias es equilibrado con dos triunfos y dos derrotas, siendo su última victoria en 2012 contra los New England Patriots. Por otro lado, los Chiefs, actuales campeones de la AFC, marcan su sexta aparición consecutiva en esta fase, resaltando su triunfo el año pasado sobre los Cincinnati Bengals.
El historial entre Kansas City y Baltimore muestra una rivalidad intensa desde 1999, con los Chiefs liderando con siete victorias frente a cinco derrotas. Su único encuentro en postemporada, durante la ronda de comodines de 2011, terminó con una victoria decisiva para los Ravens.
En la final de la Conferencia Nacional (NFC), los 49ers, como número uno de la conferencia y equipo a batir, recibirán en casa a los Detroit Lions, un equipo que busca hacer historia al alcanzar su primer Super Bowl. San Francisco ha sido un dominante de la NFC en el último lustro, alcanzando su cuarta final desde 2019 y la decimonovena desde 1970, la mayor cantidad en la NFC, con un récord de siete victorias y once derrotas.
Los Lions, por su parte, llegan a esta final por segunda vez en la era del Super Bowl, recordando su participación en 1991, cuando fueron superados por los Washington Redskins. A lo largo de la historia, estos dos equipos se han enfrentado 68 veces desde la fundación de los 49ers en 1946 y los Lions en 1930, con una ventaja para San Francisco de 39 victorias, 28 derrotas y un empate. En los playoffs, cada equipo ha ganado una vez en sus dos enfrentamientos previos.
Las finales de este domingo no solo prometen ser un espectáculo de alta tensión y emociones, sino también una oportunidad para que estos equipos escriban un nuevo capítulo en la rica historia del fútbol americano.
