
Max Verstappen, campeón del mundo de Fórmula 1, enfrentó uno de los fines de semana más complicados de su carrera en el Gran Premio de Azerbaiyán, donde una decisión en la puesta a punto de su monoplaza afectó gravemente su rendimiento. Este contratiempo permitió que su compañero de equipo en Red Bull, Sergio «Checo» Pérez, lo superara por primera vez en 33 carreras.
El trazado urbano de Bakú, conocido por sus curvas cerradas y su asfalto impredecible, no fue amable con Verstappen, quien describió su coche como «increíblemente impredecible y difícil de manejar» después de los cambios realizados en la clasificación. Desde la primera sesión de la Q1, el neerlandés notó que algo no funcionaba bien. El coche saltaba mucho en las curvas de baja velocidad, lo que le impedía mantener un buen contacto con el asfalto, provocando un sobreviraje excesivo.
Por su parte, Pérez, quien ha luchado a lo largo de la temporada por encontrar un equilibrio en la puesta a punto de su coche, aprovechó un nuevo diseño en el suelo del monoplaza que le permitió sentirse mucho más cómodo. Esta confianza se reflejó en su clasificación, donde superó a Verstappen por primera vez desde el Gran Premio de Miami 2023, logrando un cuarto puesto.
Durante la carrera, los problemas de Verstappen continuaron. Aunque adelantó a George Russell de Mercedes en la salida, pronto se encontró luchando para mantener el ritmo, quejándose de la falta de agarre. Después de su única parada en boxes, fue incapaz de adelantar a Lando Norris, y más tarde perdió posiciones, terminando en el quinto puesto.
Christian Horner, director del equipo Red Bull, sugirió que la elección de reglaje de Verstappen también afectó negativamente al desgaste de sus neumáticos, lo que empeoró su situación al quedar atrapado detrás de rivales con compuestos duros. Mientras tanto, Pérez, con una configuración más estable, mostró un mejor rendimiento, aunque el equipo sigue analizando las diferencias entre ambos monoplazas.
A pesar de los problemas, Verstappen mantiene una actitud positiva de cara a las próximas carreras. Reconoció que el cambio en la puesta a punto fue un error, pero se mostró optimista sobre el progreso general de Red Bull. Ahora, el enfoque está en optimizar el rendimiento del coche para Singapur, un circuito que históricamente ha sido complicado para el equipo.
Con siete carreras restantes, Verstappen aún lidera el campeonato, aunque su margen se ha reducido. El reto en Singapur será minimizar los daños y continuar en la lucha por el título, mientras Red Bull trabaja para entender las diferencias que llevaron a este inesperado tropiezo en Bakú.