El portero de Tigres UANL, Nahuel Guzmán, ha sido el centro de la controversia después de un incidente ocurrido durante el enfrentamiento entre Monterrey y Tigres, conocido como el Clásico Regio. A pesar de no participar en el juego debido a una lesión, Guzmán fue visto utilizando un láser desde el palco, acción que ha generado considerable atención y discusión sobre las consecuencias disciplinarias.
Guzmán, quien posteriormente se disculpó con Esteban Andrada, portero de Monterrey, por el incidente, podría enfrentar sanciones significativas según el reglamento de la Liga MX. El código disciplinario es claro respecto a las infracciones que comprometen el Fair Play y la deportividad.
Según el reglamento, las acciones que «contravengan los principios de la deportividad y Fair Play» pueden ser sancionadas con «1 a 3 partidos de suspensión y/o multa de 30 a 450 UMAs». Además, «llevar a cabo una conducta inapropiada» puede resultar también en «1 a 3 partidos de suspensión y multa de 90 a 500 UMAs». Más severamente, conductas que «vayan en detrimento del Fair Play» podrían acarrear multas de «300 a 4000 UMAs y/o de 1 a 3 partidos de suspensión».
El Artículo 24 del reglamento añade otra capa de gravedad al caso, permitiendo a la Comisión Disciplinaria aumentar las sanciones dependiendo de la gravedad de la infracción y la reincidencia. Este punto es crucial dado que abre la puerta a sanciones aún más severas para Guzmán, cuyo comportamiento ha sido ampliamente criticado tanto por aficionados como por figuras destacadas del fútbol.
La comunidad futbolística espera ahora la decisión final de la Comisión Disciplinaria, que determinará el alcance de las consecuencias para Guzmán. Este caso no solo pone a prueba la integridad del jugador, sino también la efectividad del marco disciplinario de la Liga MX en mantener el respeto y el Fair Play dentro del campo.