
Tras un desastroso fin de semana en el Gran Premio de Bahréin, Red Bull Racing sostuvo una reunión de crisis en su hospitality. La escudería, que se mostró claramente por debajo del nivel esperado, enfrenta un inicio de temporada preocupante. Max Verstappen apenas logró clasificar séptimo y el domingo sufrió una carrera plagada de errores: mal ritmo, desgaste prematuro de neumáticos y fallos en las paradas en boxes.
Helmut Marko, asesor del equipo, fue contundente al término de la reunión: “Es muy alarmante. Sabemos que no somos competitivos. Estamos muy preocupados”. El equipo reconoce que no podrá introducir grandes mejoras hasta Imola, por lo que dependerán de optimizar la puesta a punto actual.
Marko concluyó con una advertencia inquietante: “En estos momentos somos el cuarto equipo”. La preocupación crece en Milton Keynes, mientras la defensa del título de Verstappen se tambalea prematuramente.