El equipo Red Bull ha encendido las alarmas tras el Gran Premio de China, donde sus debilidades quedaron al descubierto frente al dominio de McLaren. A pesar de ello, la escudería no se da por vencida y busca soluciones para mejorar el rendimiento de su monoplaza.
El neerlandés Max Verstappen terminó en cuarta posición tras un difícil primer stint con neumáticos medios, donde perdió hasta un segundo por vuelta frente a McLaren. Su recuperación con neumáticos duros en la segunda mitad de la carrera ofreció un atisbo de esperanza para el equipo. Sin embargo, los problemas de equilibrio del RB21 y la degradación de los neumáticos siguen siendo preocupaciones clave.
Verstappen visitará esta semana la fábrica en Milton Keynes para analizar los puntos débiles del monoplaza junto con los ingenieros. Helmut Marko, asesor del equipo, reconoció la preocupación, pero aseguró que «no estamos tirando la toalla». Por su parte, Christian Horner destacó que el equipo tiene la capacidad para encontrar soluciones y que no se darán por vencidos en la temporada 2025.
Con solo dos carreras disputadas de una temporada de 24, Red Bull mantiene la esperanza de recuperar su nivel competitivo. La mejora en el segundo stint de China y el desempeño de Verstappen son señales alentadoras. El equipo confía en que sus próximas actualizaciones les permitirán volver a luchar por la cima antes de que sea demasiado tarde.