En medio de su momento más crítico de la era moderna, Red Bull se rehúsa a dar por perdida la temporada 2025 ni a su máxima figura, Max Verstappen. La reciente salida de Christian Horner como jefe de equipo dejó un vacío de liderazgo y abrió una etapa de incertidumbre, tanto deportiva como interna. Sin embargo, en la escudería de las bebidas energéticas aún reina una convicción: el campeonato sigue vivo, y también la posibilidad de conservar al tricampeón del mundo.
Aunque los 69 puntos de diferencia con Oscar Piastri y McLaren parecen abrumadores, en Red Bull recuerdan que aún quedan 12 Grandes Premios y cuatro carreras sprint. “Son más de 300 puntos en juego”, aseguró Helmut Marko, asesor histórico del equipo. También adelantó que en Bélgica llegarán mejoras clave para el RB21, un monoplaza que hasta ahora ha sido inestable y que solo Verstappen ha podido exprimir con maniobras al límite.
La preocupación no es solo por el presente, sino también por el futuro. Verstappen no ha confirmado públicamente su permanencia y ha evitado hablar de cláusulas de rendimiento en su contrato. Aunque su vínculo se extiende hasta 2028, las dudas sobre el proyecto técnico —especialmente en el desarrollo del nuevo motor para 2026— siguen pesando.
“Mientras tenga un coche competitivo, no hay motivo para que se vaya”, sostuvo Marko. Pero incluso su lugar dentro del equipo ya no parece intocable. En el entorno del neerlandés se habla de una “fecha de caducidad” para el asesor, y algunos analistas insisten en que Red Bull necesita un cambio generacional.
Por ahora, la única certeza es que Red Bull sigue creyendo. En el campeonato, en las mejoras que vienen… y en que aún puede convencer al ‘chico maravilla’ de quedarse.