En una carrera marcada por incidentes y estrategias, Carlos Sainz de Ferrari logró una victoria monumental en el Gran Premio de Australia, superando el reciente dominio de Red Bull y asegurando el primer triunfo de Ferrari en la temporada. La carrera no solo celebró la destreza de Sainz sino también subrayó la competitividad de Ferrari al completar un 1-2 con Charles Leclerc. Por otro lado, Sergio ‘Checo’ Pérez de Red Bull no logró entrar en el podio, finalizando en quinta posición.
La competencia comenzó con Max Verstappen de Red Bull en la pole position, seguido de cerca por Sainz. Sin embargo, las expectativas de Red Bull se desvanecieron rápidamente cuando Verstappen empezó a experimentar problemas en su vehículo, culminando en su retiro de la carrera. Esto marcó su primer abandono desde el mismo Gran Premio el año pasado, permitiendo a Sainz tomar la delantera y eventualmente cruzar la línea de meta en primer lugar.
Mientras tanto, Checo Pérez enfrentó desafíos desde el inicio, perdiendo posiciones y cayendo al séptimo lugar después de la salida. Aunque brevemente ascendió al tercer lugar, una parada en boxes lo relegó de nuevo, y a pesar de una intensa batalla con Lewis Hamilton de Mercedes, quien también tuvo que abandonar, Pérez no pudo recuperar su posición en el podio.
El drama continuó hasta las etapas finales de la carrera cuando George Russell de Mercedes chocó, provocando la salida del Virtual Safety Car y asegurando la victoria de Sainz. Leclerc mantuvo el segundo lugar, seguido por Lando Norris de McLaren, quien completó el podio.
Este Gran Premio ha reconfigurado las expectativas para la temporada, demostrando que Ferrari puede desafiar el dominio de Red Bull y alterando la dinámica del campeonato. Mientras Ferrari celebra su éxito, Red Bull y Checo Pérez se prepararán para recuperarse en las próximas carreras. La temporada promete más emociones, estrategias y, potencialmente, más sorpresas en la batalla por el campeonato.