
El campeón del mundo de Fórmula 1, Max Verstappen, expresó su escepticismo respecto a la decisión de incluir una carrera sprint en el regreso del Gran Premio de China, una sede que no ha albergado la F1 desde hace cinco años. Según Verstappen, realizar una carrera sprint en un circuito recién reintroducido, como el Circuito Internacional de Shanghái, no es «lo más inteligente» dado que las condiciones han cambiado significativamente desde la última carrera.
El Circuito de Shanghái, conocido por su exigencia técnica, ha sido reasfaltado recientemente, lo que presenta un desafío adicional para los equipos y pilotos, ya que los datos previos han quedado obsoletos. Además, el nuevo formato de fin de semana con sprint, implementado por primera vez en esta temporada, reduce el tiempo de práctica a una sola sesión de 60 minutos. Esta limitación ha suscitado preocupaciones sobre la adecuada preparación y ajuste de los vehículos.
El piloto de Red Bull no ocultó su sarcasmo al comentar sobre la programación del evento: “Es muy inteligente hacer eso”. Verstappen también destacó que, aunque el formato puede añadir emoción para los espectadores, desde la perspectiva de la conducción y el rendimiento deportivo, probablemente no fue la decisión más acertada. No obstante, reconoció que siempre ha disfrutado competir en Shanghái y se mostró esperanzado de poder adaptarse bien a las condiciones del circuito.
Por otro lado, Carlos Sainz de Ferrari también compartió sus reservas sobre el formato reducido, especialmente en un circuito con tantas variables como el de China. Sainz elogió el circuito por su capacidad de adelantamiento y su popularidad entre los pilotos, pero subrayó la dificultad adicional que representa adaptarse a un circuito tan técnico con restricciones tan severas en el tiempo de entrenamiento.
Los cambios en el formato del fin de semana, que incluyen prácticas y clasificación sprint el viernes y la carrera sprint el sábado, han sido diseñados para agregar dinamismo y emoción al evento. Sin embargo, las opiniones de Verstappen y Sainz resaltan una preocupación común entre los competidores: el riesgo de comprometer el rendimiento por un espectáculo más atractivo.
El Gran Premio de China, que culmina con la carrera principal el domingo, será un verdadero test tanto para los pilotos como para sus equipos, quienes tendrán que hacer malabares con la estrategia y la adaptación en un entorno lleno de incertidumbres.